1 Comentario

EL SURF EN ÉPOCAS DEL CORONA VIRUS

¿Será este el “atardecer” de la actividad? Nah… Tranca

Por Juan Cruz Lanzinetti

¿De quién es el SURF? La respuesta más rápida sería de nadie. ¡El surf es de nadie! La respuesta más agradable sería que el SURF es de todos y de cualquiera. Pero como ya “Propaganda” nos instaló el Futbol para Todos (que rareza que no hayan cambiado la letra O por una X todavía) preferiría no avanzar por este lado… Una respuesta más analítica y profunda sería, que el SURF es de unos pocos y que esos pocos son algo diferentes de cómo somos vos y yo.

Pedro… ¿También trabajará para un fondo de inversión?

Vayamos un poco hacia atrás en el tiempo. El surf nació libre, como expresión cultural y humana, una libre interpretación del cuerpo en relación con una manifestación natural: la ola, más tarde como un escape del establishment, luego como motor de tendencias, como contra cultura y revolución, siempre indómito, irreverente, despeinado, contestatario y rebelde, después creció y se popularizó, y así, como era un desbocado no podía madurar, desbocado era solo un hermoso hobbie, más o menos por ahí aparecieron las primeras marcas en la línea de tiempo, unas un poquito antes y otras un poquito después, ellas le dieron un marco, alimentaron a la media, le quisieron contar a todos los que no estaban en la playa como era esto de surfear, primero en el cine un poco más tarde, comenzaron las competencias,  la moda lo tomó de a ratos, como también tomó al punk o al anime, pero LAS marcas, esas marcas siempre estuvieron, y ellas siempre tuvieron dueños.

Las marcas que movían nuestro mundo siempre tuvieron un dueño, o dos, dueños RE surferos. Fundadores/ soñadores, tan surferos que, para no dejar de hacer nunca lo que más querían hacer, ellos inventaron actividades lo suficientemente “part time” para acomodar sus horarios y agendas y así poder aprovechar las mejores horas de olas. Hace unos años (unos pocos años atrás) cualquiera hubiera respondido rápidamente a la pregunta formulada al comienzo. ¿De quién es el surf?

Una hermosa respuesta de hace unos años, hubiera sido que el SURF era de unos pocos como vos y como yo, porque las grandes compañías del sector boardsport estaban dirigidas por surfistas que podías encontrarte en el agua, cualquier día, en cualquiera de los line ups de California o Francia o Australia y los mandos medios de dichas mega marcas eran surfistas, y los empleados comunes eran surfistas, los manifiestos de dichas marcas contaban historias de como JACK cosía sus primeros retazos de goma, o de como BOB filmando a su amigo JEFF conoció a un tal ALAN en Australia, y como ALAN se habría separado de un tal DOUG y un tal BRIAN para hacer sus propios “Boardshorts” palabra que nunca antes había sido utilizada, en vez de seguir fabricando con DOUG y con BRIAN unos “Wetsuits” palabra que nadie había escuchado antes y que después se harían famosos; y como un tal GORDON no muy lejos de allí había desarrollado una cuerda para no perder la tabla mientras ideaba shapes en su cabeza que después utilizaría alguien a quien le decían “EL CONEJO” para consagrarse campeón mundial, entre Session y Session; y entre anécdota de viaje y otra, la voz de las marcas y sus mensajes tomaban volumen y cuerpo, era de surfistas para surfistas y se podía sentir esa entidad. ALAN y BOB hablaban con su propia voz y DOUG y BRIAN y JACK lo hacían cada uno a través de su marca. Y todos creíamos lo que escuchábamos y lo que veíamos porque ellos eran tan reales como vos y como yo.

El mundo visto desde la estación espacial (hoy puesta en duda por gente que dice que vivimos bajo una campana de acrílico “impenetrable” algo así como un pebete de jamón y queso sobre el mostrador del buffet de un viejo club de bochas) parece quieto, pero a medida que uno se acerca a la superficie terrestre comprueba que no es así, y que los grandes movimientos no son ni fueron telúricos (estos a pesar de los daños que provocan, son solo un rasguño) los grandes movimientos catastróficos son financieros y el dato curioso es que ni en las Islas Caimán, ni en las Islas Vírgenes, ni en Bahamas, ni en Suiza se construyen edificios antisísmicos…. ¿Irónico no? ¿O es obvio?

Entonces volviendo a la pregunta inicial y enganchándonos desde que nosotros sabíamos quiénes manejaban las grandes marcas. Quiksilver, Rip Curl, Billabong u O´Neill, podíamos deducir que todo quedaba en familia, por surfistas y para surfistas, pero las debacles del nuevo milenio arrasaron el intuitivo know how de empresarios a los que les chorreaba el agua salada, y las nuevas pautas de mercado post: Martes negro de 1994 al que siempre recordaremos por su “efecto tequila”, o la de Rusia, el imperio de los Zares (Para no ser menos que México, también nos clavó una crisis, la del 98 a la que llamamos “efecto Vodka…” (otra vez chupi) y que ahora con Ucrania se intercambian figuritas con las caras de sus presos políticos… (un polvorín) O la salida de la “Burbuja Inmobiliaria”, cuando vimos en directo a los ejecutivos de Lehman Brothers salir muy campantes con su cajita de útiles para diseccionar la vida de millones, caminando por el estacionamiento al pie de un rascacielos piel de vidrio en el corazón bursátil del planeta.

Por otro lado, y aún sin estallido ni posibilidades de desmantelamiento, están la Bomba del Brexit, que no significa ninguna otra cosa que: “Europa kiss my ass…” O sea, la tierra de los piratas le está diciendo a un continente entero que no estaría muy interesado en un mercado de 550 millones de personas. ¿Entonces que les estaría interesando a los Guiris? Irán y Estados Unidos jugándose mis zapatos, ya no en un Atari (como decía Miguel Mateos) sino en la PlayStation 7 con RR (Realidad Real). China el gigante “despierto” de Asia, que le prestó mucha guita en 2016 y 2017 al grogui Deustche Bank y lo salvó de morder el polvo, hoy yo no creería ni en esa liquidez, ni el virus de moda en las noticias… Y Trump…, el nene malcriado del norte, totalmente decidido a encontrar enemigos en cualquier iraní que pida un hot dog sin mostaza, y a no ponerse nunca jamás los pantalones largos, los estallidos sociales de toda América Latina y de Francia y la situación en Siria y su vecindad de los 8 chavos, Irak, Irán, Afganistán, Jordania, Israel, Palestina, Yemen, y Arabia Saudita  y otros cuantos países del TEG sin reglamento y sin luz para ver los dados, hicieron y hacen imposible prever los bamboleos de los mercados, estos escenarios de inestabilidad para marcas enormes nos llevan a la pregunta. ¿Cómo frenas a tiempo el tren cargado cuando las desaceleraciones del consumo son abruptas?

A toda la tómbola macroeconómica, le sumaria el fenómeno de la aparición de las Department Stores y los Fast Fashion que fueron causándole estragos cada día a las “Brotherhood Adminstrations” cada vez más solitas y contra el encordado, sin órdenes del rincón, con la guardia baja y pidiendo “aire”, les cayó la toalla, para darle paso a todo tipo de fusiones adquisiciones y quiebras. Fue así que los paradigmas de nuestras filosofías más íntimas han ido cambiando, marcas que fueron pasando de una mano a la otra y a otra más y en el camino a su auto en el estacionamiento canchero, pero menos corporate que el de Lehman y también con una caja de útiles de oficina en la mano, alguien, alguno, se debe haber olvidado de contarle al que venía entrando o tal vez se lo guardó a propósito, de donde veníamos, quienes éramos, que queríamos, con que habíamos soñado y cuanto nos había costado llegar hasta aquí y ese, el que venía entrando y que se sentó en la silla todavía calentita del que se mordió la lengua a la salida, nunca se enteró de nada, el “nuevo” miró su despacho, soltó el aire, y descolgó las fotos de tubos y de islas paradisiacas, pidió que le cambiaran un cesto de basura manchado con “parafa” y colgó un hermoso cuadro de la cancha de Golf Teeth of the Dog en La Romana, Republica Dominicana y al cual sueña viajar con algún compañero que se encuentre en la máquina de café al fondo del pasillo, mientras tanto, las marcas que dictaban nuestra moda y nuestras costumbres y que ponía en la vitrina de 4 pulgadas los videos de  nuestros ídolos y héroes en historias de no más de 1 minuto de duración, simplemente cambiaron. Cambiaron y se encuentran cambiando ahora mismo, el desafío será descubrir hacia donde apuntan esos cambios, ahora que los decisores usan chombas Lululemon y ya no surfean, ahora que las marcas ya no tienen dueños, ahora que, de algún modo, se “extravió” la muestra de ADN camino al estacionamiento en alguna caja de útiles de escritorio…

Me gustaría citar un ejemplo para graficarlo, mira de donde vendrán los fondos que financiarán el próximo circuito profesional 2020 que está por comenzar:

El circuito se compondrá de 11 fechas.

Parada #1 Anheuser Busch Inbev – Corona – NYSE:BUD – (BIRRA)

Parada #2 Kathmandu Investment Group – Rip Curl – NZE: KMD – (Inversiones)

Parada #3 Drug Aware Program – Australian goverment (Dinero Estatal Australiano – Hoy está, mañana no)

Parada #4 Oak Tree Capital Management – Quiksilver – NYSE: OAK-B – (Inversiones)

Parada #5 Altice Group – Oi – AMS: ATC – (Telecomunicaciones)

Parada #6 Anheuser Busch Inbev – Corona – NYSE:BUD – (BIRRA)

Parada #7 Blue Star Alliance? – Nuevo Hurley – NYSE: LLC (Inversiones) (Para John John simplemente unos Kooks)

Parada #8 Anheuser Busch Inbev – Michelob – NYSE:BUD (BIRRA)

Parada #9 Kathmandu Investment Group – Rip Curl (Inversiones)

Parada #10 Altice Group – MEO – AMS: ATC – (Telecomunicaciones)

Parada #11 Oak Tree Capital Management – Billabong – NYSE: OAK-B – (Inversiones)

Por favor lee bien lo de más arriba, revísalo, es probable que “algunos” de los que trabajan en estas compañías de inversión transnacionales surfeen, ojalá algunos de ellos surfeen, pero lo que me resulta muy difícil de creer es de que los que toman decisiones en la mesa chica de las supernovas, tengan el más mínimo appeal por lo que nosotros amamos. Probablemente la punta de la tabla de John John ya no vaya a lucir nunca más la famosa H del apellido del otro BOB, (ojalá que me equivoque), tal vez la punta de la tabla del rubio fantástico de Honolulu ya no luzca nunca más ninguna alegoría de una ola, esa figura del mejor surfista del momento sin una ola en la punta de su tabla sería muy significativa, elocuente e icónica figura de un cambio de rumbo. ¿Hacia dónde? Solo el Dios Tritón lo sabrá. O tal vez la moneda que dice que cree en Dios y se encargó de comprar a Dios para reemplazarlo… Por ahora y para este 2020 parece que se verán más puntas que plotters.

Nota al pie 1: Ningún Fondo de inversión, Banco, o paraíso fiscal fue herido durante el desarrollo de este artículo de opinión.

Nota al pie 2: Bobby Martínez lo declaró el 7 de septiembre de 2011 (¿Un loco o un adelantado?) “First of all, I’d like to say (and the ASP are going to fine me) ‘cuz I don’t want to be a part of this dumb fucking wannabe tennis tour,” Traducción: “En primer lugar, me gustaría decir (y la ASP me va a multar por esto) que no quiero ser parte de esta tonta gira de aspirantes a tenistas”. Recordemos que BOBBY dijo esto en un reportaje que la ex ASP le estaba haciendo en un evento organizado por el ex COSTA CONCORDIA de la industria, que por aquel entonces ofrecía 1 millón de dólares en premiación en un campeonato de surf en Nueva York. Y recordemos también que el Capitán responsable del timón del buque insignia, era el “nunca recordado” ANDREW MOONEY, que al igual que Francesco Schettino ninguno de los dos vio la Isla de Giglio y estrellaron aquello que parecía inestrellable (a esta altura me está sonando (My heart Will go on) aquí el bueno de Andrew grito: “¡Las mujeres y los Capitanes primero!” (Recordatorio: Mooney venia de Disney, así que ya habían tenido prioridades esos indeseables pequeños), y se saltó del naufragio sin tocar tierra a las guitarras Fender… Podría haberse ido a Corea del Norte y hoy tendríamos un mundo más justo.

Instagram
También podría gustarte