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LA BARREDORA: El Espigón

Por Dr. Marsupial

Luego de andar paseando y buscando olas por Santa Cruz y Chubut, tenía la imperiosa necesidad de pasar por Rio Negro. Mi estadía, nuevamente, sería (eso creo) de una semana. Otra vez llegamos de noche. Por la mañana, créanme que no tenía esas ganas desmesuradas de querer surfear. Pero estando en la terraza frente al mar, tomando unos mates, viendo las olas romper, no me pude resistir durante más de 40 minutos. La surfeada fue en La Boca, en la desembocadura del RIO NEGRO. Sin gente, viento de tierra suave, y ese tono bordó que adquiere el color del agua los dias soleados. Lindas olas de un metro que pude disfrutarlas con un longboard nueve pies… hasta que la marea baja hizo desaparecer la ola.

En el departamento no había internet así que de predicciones y pronósticos no sabía mucho, me deje guiar por lo que creía. ¡Qué linda es la vida lejos del ruido! Una hora de libertad por los lugares cercanos al espigón es un placer que cambiaría ya mismo por un día de existencia vertiginosa.

Dr. Marsupial en el espigón.
Dr. Marsupial en el espigón.

Al día siguiente, yo sabía que algunos de los surfistas que andan por allá irían rumbo al Espigón. El espigón se encuentra a 16 km del balneario El Cóndor que es donde estábamos parando. Fui a media mañana al espigón y la marea estaba baja y las olas de poca calidad, mucho viento sudoeste y la rompiente estaba como a 200 metros de la orilla. Al regresar, esta vez con la marea subiendo, las condiciones del mar cambiaron repentinamente y para bien.

Así que con los surfistas locales nos corrimos unas cuantas olas… varias metidas hasta el fin de tarde. Muchas tablas cortas, algunos bodys y yo con el tablón. Ya con la marea bien llena, y con menos gente, las olas rompían de frente al acantilado por lo que con Gustavo se nos dificulto la salida. Las derechas eran largas, con pared pero no muy agresivas. La surfeada la hice con un 5´8´´. La banda sonriente.

Galdi en una izquierda del espigón.
Galdi en una izquierda del espigón.

Lo mejor igual fue a la noche, cuando en las computadoras de Viedma (capital de Rio Negro) nos encontramos con los favorables pronósticos. Las olas que entraron no fue lo que yo esperaba, pero dentro de todo se cumplió. Todo es poco, nada nos sacia. Así que seguimos surfeando unos cuantos días más con las condiciones similares a las que relaté anteriormente.

Maras encargadas de mantener algunos secretos de la zona.
Maras encargadas de mantener algunos secretos de la zona.

Luego de varios días en Río Negro, y todos surfeables, decidí terminar con mi visita… los surfistas locales me comentaron que las olas siguieron rodando con buena calidad durante algunos días más.

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