JESÚS TE AMA: LOS SURFISTAS DE VERANO

Por Jesús Lopo
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“Brother, yo nunca te he visto por aquí”, te dice sobrado ese purrete, a quien tú, que surfeas todo el año ahí nunca habías visto. Así llueva, nieve, o te parta un rayo en la cabeza, con el cuatro-tres, las botitas, los guantes y la capucha, tú siempre estuviste ahí.

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De todas formas, ese jovencito atrevido de la ciudad, se te hace el vivo por un par de remadas en olas disputadas en un line up con quinientas personas.

¿Qué haces?

Opción uno: Si es mayor de edad, te vas para afuera y le dejas la cara llena de puñetazos.

Opción dos: Si no es mayor de edad, le hablas alto, fuerte, firme y claro. Le haces saber que él no había nacido cuando vos ya estabas surfeando en pleno invierno en ése mismo lugar. Seguramente, con su actitud de adolescente gilipollas, seguirá pensando que tiene razón. Pero el susto se lo llevará a la cama y reflexionará sobre el tema muchos años después.

Opción tres: Te comes la bronca. Decides que ya eres viejo para aguantarte tanta imbecilidad y no surfeas más en verano en esos lugares. Te limitas a surfear peores olas en lugares a los que nadie va. Sabes que puede estar mejor en otro lugar, pero no tienes que enfrentar idioteces de otros seres humanos.

Opción cuatro: No surfeas en verano. Dejas de lado ése lindo sentimiento de sentir que el agua está más tibiecita, que en la arena están esos culitos preciosos, que disfrutas paso a paso en el camino a tu coche.

Opción cinco: Te mudas a Islandia, en donde hay olas, no hay culos, no hay crowd, no hay nadie jodiendo y te dedicas a secar el traje frente a la estufa a leña para la sesión de la tarde. Todo esto en una cabaña de madera, con árboles alrededor y un difícil acceso. El lugar suena salvaje, y se siente bien. Pero extrañas a tus amigos y a las cosas del día a día que siempre conociste.

Yo, que odio el verano, me inclino por la opción tres y la cinco. Descarto la uno porque intento evitar reventarle la cara a puñetazos a los idiotas, por más que se lo merezcan, me da miedo matarlos a palazos e ir preso.

Descarto la dos porque conozco a los adolescentes insoportables (yo fui uno) y sé que por más que algún día comprendan la lección, siempre seguirán viniendo iguales y más iguales… Un sinfín de adolescentes creídos insoportables.

Descarto la cuatro porque es un placer sentir el agua más tibiecita y ni que hablar el ver esos culitos lindos recostados en la arena caliente… Yo no voy a dejar de surfear esos meses de verano.

ENTONCES, queda la tres y la cinco. Y sinceramente, no puedo tomar una decisión. Creo que está bueno surfear en casa con amigos, manejando unos cuantos kilómetros más para surfear tranquilo, pero al mismo tiempo, me parece atractiva la idea de tener una cabañita linda en Islandia… Olas perfectas solas para mí y nadie que te gilipollé.

El asunto aquí, ostia, es que sería bueno que la gente sepa que cuando es verano en ese mismo lugar a donde va a surfear, hay personas que pasan el año entero tirándose al agua y no los días libres de verano. Por ende, deberían dejar de lado la imbecilidad y darse cuenta que son surfistas de verano, bajar la cabeza y callar la boca cuando deben.

No estoy hablando de que porque sea local de un lugar yo, entonces les voy a robar olas. Estoy hablando de ÉSA actitud en el agua que tienen algunos que os hacen creer que son los reyes del pico, cuando en realidad son unos extranjeros que tienen menos relación con esa ola que mi madre con Obama.

Por esto, yo no tomo ni la opción uno, ni la dos, ni la tres, ni la cuatro ni la cinco. Tú, hermano toma la de saber que tu verano es simple parte del día a día de muchos otros, que tus quince días de verano son simplemente un pasaje en las 52 semanas que tiene el año y que tu fisura te sepa aguantar… Si quieres surfear todos los días con esas ganas, vete para Islandia, las olas están perfectas y, ¡NO HAY NADIE!

Éste mis amigos fue otro mensaje de vuestro amigo, Jesús Lopo, ¡va con amor!

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