EL NUEVO SANTIAGO

Por Sebastián Chacón

Santiago Muñiz vive su momento. ¿Qué momento? El presente. Ese que lo tiene en el centro de le escena con el triunfo en su segundo QS, ahí en Garopaba (Brasil) frente al bravísimo Messias Felix y encaramándose en lo más alto del ranking WSL Latinoamérica.

Además del triunfo en la primera etapa del Circuito Banco do Brasil de Surfe disputada en olas de Ferrugem (Garopaba, Santa Catarina), el integrante del team Quiksilver Argentina, venía precedido de dos podios. Dos terceros puestos (Brasil y Mar del Plata) y la clasificación a los Challengers de este año.

Hablar de Santiago Muñiz es remontarse al comienzo de la parte más sabrosa del surfing competitivo de Argentina a nivel internacional. Sin proponérselo, empujó los límites de una generación que vio posible lo que antes parecía una epopeya. Sus dos títulos mundiales ISA fueron dos techos muy altos, y a la vez una excelente plataforma de despegue de todo eso que estaría por llegar.

Pero como es sabido, algunas historias llevan su tiempo y no por capricho del reloj. Tampoco se puede apurar una historia por la urgente necesidad de contar el próximo gran hecho, ese que se anunciaba con especial artificio en algunos medios nacionales sin calcular la presión que se generaba sobre Santiago antes de cada competencia. Así como cada historia lleva su tiempo, una tabla de surf soporta solo el peso del surfista que va arriba.

La pandemia acomodó las cosas, pasó tiempo con su familia, se casó y dio lugar a su mejor versión, esa que lo tiene de nuevo en el camino que solo él sabe dónde puede terminar.

El nuevo Santiago surfea distinto, mucho más rápido, preciso, concentrado y por sobre todas las cosas va mucho más liviano.

Salud Santiago, la historia continúa.

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