LA BARREDORA: CÓDIGO AVE

El termino ave no hace referencia a las capacidades voladoras de los surfistas, sino mas bien se refiere a los comportamientos egoístas de los surfistas comparable a las características de las aves falconidae que se caracterizan por ser rapaces, rápidas y de muy buena vista.

El surfista argentino (más que nada el marplatense, el miramarense y el necochense) no es ave por naturaleza. No hay surfista que empieza a surfear siendo egoísta o desinteresado por los demás.

Cuando el surfista se inicia en el deporte por si solo es una persona netamente altruista. Pero sus actos no son respetados por otros surfistas.

Intolerancia, prejuicio y codicia son valores que se reproducen por falta de olas….Siempre tenemos estos problemas porque surfeamos en la escases de dicho recurso. La poca constancia y la falta de olas generan escases. Además de la escases, hay que sumarle el gran número de surfers que pretenden correr olas; por eso es que hacemos hincapié en los surfistas de Mar del Plata, Necochea y Miramar.

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Sin códigos: Foto: Carola Ábalos.

Siempre que alguien se mete a surfear lo que busca es la mayor cantidad de olas de calidad posible, no hay surfista que entre al mar a quedarse sentado y no correr olas. Estos comportamientos no son innatos, lo que si existen son comportamientos surfísticos influenciados por las playas y surfistas que allí frecuentan.

Podemos afirmar que: los surfistas mas aves serán aquellos que correrán más olas en una sesión sin importar su ubicación en las rompientes. Entonces, sostener en nuestro país que quien corre una ola desde una posición más cerrada es quien tiene derecho a correrla, tarde o temprano va a generar conflicto ya que no hay respeto hacia la playa o la ola ni hacia los demás surfistas (más o menos experimentados).

Entonces, hay que rediseñar nuestra cultura: nuestros valores como surfistas tienen que estar en relación con la capacidad de nuestras playas de soportarnos y no en opiniones de cuáles son las reglas de comportamiento cuando surfeamos. Por más que insistamos en ciertos códigos del surf, nuestros comportamientos dentro del mar y nuestra forma de surfear no deben atentar contra la integridad física de ninguna persona.

Por el Dr. Marsupial
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