Por Sebastián Chacón
Quizás se haya terminado la carrera competitiva para el hombre que logró casi absolutamente todo lo que soñó de niño. Los Juegos Olímpicos aparecieron en su radar en los últimos años, y su ausencia nos terminó de confirmar que el tipo es humano.
Quizás desde ahora haya que prestar mayor atención cuando el tipo hable. Los últimos meses fueron muy interesantes, particularmente en tiempos donde la corrección política parece ser una ley que nadie piensa infringir.
Quizás el mundo del surf nunca más tenga un competidor tan efectivo dentro y fuera del agua. Además, sabía perder. Basta con recordar las declaraciones de Medina después de París 2024, para elevar aún más su figura.
Quizás nunca más volvamos a ver a un señor de 49 años ganando el Pipeline Masters, ni mucho menos a otro muchacho tan cerca de la docena de títulos mundiales.
Quizás esta sea la última vez que escriba sobre él. La primera fue en 1992, para un trabajo de Lengua y Literatura de cuarto año, colegio secundario. En el medio, fuimos testigos de la vida y obra del surfista más grande de todos los tiempos, Robert Kelly Slater.
Quizás una nueva era haya comenzado, con Kelly nunca se sabe.