GOLF & SURF… NO TAN DISTINTOS

El día que Ford unió al golf con el surf

Por Sebastián Chacón

Fotos: Pablo Franco

 Mar del Plata respira surf y eso es innegable. Desde sus orígenes en los primeros 60’S, surfistas y tablas fueron consolidando un vínculo imperecedero que con el correr de las generaciones se transformó en un estilo de vida que fue mucho más allá del deporte.

Golfistas y surfistas junto a los entrenadores.

  La Feliz abunda en historias de todo tipo que giran en torno a la búsqueda de olas. Calles, caminos y especialmente la ruta 11, guardan de manera silenciosa recuerdos de hombres y mujeres que siguen buscando esa perfección, breve pero perfección al fin, que proporciona el acto de surfear una ola que recorrió quién sabe cuántos kilómetros hasta que un ser en el lugar justo y en el momento indicado decide surfearla.

Calentando motores.

 Caminando, a dedo, en bicicleta, moto, auto o camioneta… el camino a las olas siempre dispara interrogantes. Algunos, todavía sin respuesta.

La importancia del stance.

 Afortunadamente no todo es surf en Mar del Plata. A punto de cumplir 120 años, el Mar del Plata Golf Club de Playa Grande, mantiene intacta su aura de Catedral del Golf. Fundado por un grupo de ingleses que llegaron a la Argentina con fines ferroviarios, este santuario de 18 hoyos guarda una especial relación entre el mar y los golfistas. Pues las olas de Playa Grande fueron, son y serán espectadoras preferenciales de la magia que ahí sucede.

Camino al mar.

 Para quienes recorren la zona de Playa Grande, es común ver una camioneta cargada con tablas de surf. Otra cosa muy habitual es ver una camioneta cargada con palos de golf. Lo que muy pocas veces sucede, es cruzarse con una camioneta cargada con tablas de surf y palos de golf. Y esto último fue lo que sucedió de la mano de Ford Argentina en vísperas de la 102ª edición del Abierto del Sur… Un intercambio entre golfistas y surfistas junior de Argentina.

Del Green a las olas.

   Vicente Marzilio, Federico Shin, Ezequiel Rodríguez Barri, Ricardo Matho, Tomás Maradei, Franco Scorzato fueron los golfistas junior de la AAG (Asociación de Golf Argentina), quienes además contaron con un anfitrión de lujo; Jesús “Pochi” Montenegro y los entrenadores Martín Verano y Mariano Scalise.

Pochi Montenegro en acción.

 Pochi es hijo del master caddie del Mar del Plata Golf Club de Playa Grande. En 2017 consiguió una beca para estudiar en la Universidad de Jacksonville State, Alabama, para representar al equipo en el ultra competitivo circuito universitario norteamericano del que salen muchas de las figuras del PGA Tour.

Nacho Ruggiero como pez en el mar.

 Los encargados de enseñarles el camino al mar fueron Juan Cruz Ruggiero, Ignacio Ruggiero, Manuel Torreani, Teo Rodríguez, Cocó Cianciarulo y Franco Radziunas, integrantes de la selección nacional junior, quienes acompañados por sus entrenadores Paul Ursino y Pedro Ghilini, se ocuparon de compartir algunos secretos necesarios para poder deslizarse sobre las olas.

Ford uniendo el golf con el surf.

 Después de los ejercicios previos en la arena, los golfistas fueron al agua. Las olas de Playa Grande ofrecieron su mejor cara para los novatos. El desafío de trasladar la comodidad del Green al mar fue un gran incentivo, cada uno de los chicos demostró paciencia para el reto y el premio no tardó en llegar. Las sonrisas fueron apareciendo en cada ola; al cabo de unos cuantos intentos estaban surfeando.

Sr. Flavio, embajador de Ford Argentina.

 Las primeras enseñanzas de golf para los surfistas llegaron en la orilla; los profesores desarrollaron un temario que fue desde cómo agarrar el palo, pasando por la importancia de un buen swing hasta los golpes básicos, antes de pasar a la acción. Un improvisado hoyo en la arena disparó los primeros intentos y también las primeras carcajadas… Mientras algunos dudaban de la quietud del hoyo (cosa por demás comprobada), las pelotas empezaron a rodar cada vez más cerca. Los primeros hoyos bañados en salitre fueron celebrados por todos.

Surfistas en un putter.
Putter exitoso.
El Duke Kahanamoku, el padre del surf moderno, demostrando sus habilidades en el golf.
Coco emulando al Duke.

 La tarde fue a puro golf. La Catedral vio a golfistas y surfistas descubrir similitudes entre dos deportes totalmente diferentes pero que en el silencio reinante de la práctica logran hermanarse. El viento fue un común denominador en varias de las conversaciones. Tanto en el mar como en el Green, una modificación de cuadrante o intensidad, puede cambiar las condiciones de un momento a otro y poner a prueba el temple del practicante.

Flavio y Cocó junto a Pochi Montenegro.

 Con las primeras luces de la noche marplatense, se comenzó a vivir un momento muy pocas veces visto en el Playa Grande Golf Club, una banda de rock probando sonido para cerrar una gran jornada de golf con pinceladas de surf.

Lost Marplas sonando.

 Flavio Cianciarulo (Sr. Flavio para todo el mundo), bajista de Los Fabulosos Cadillacs y embajador de Ford Argentina, se subió al escenario después del set de Lost Marplas, banda integrada por sus hijos surfistas, Cocó, Jay y Astor, para hacer un show eléctrico con un puñado de sus clásicas canciones, esas que fueron y son parte de la banda sonora de nuestras vidas.

 El estrellado cielo marplatense no hace más que realzar la mística de una ciudad que alberga una cultura de surf amorosa. Mientras el Abierto del Sur cuenta su horas para comenzar, las epopeyas del maestro De Vicenzo se siguen transmitiendo de boca en boca como si hubiesen ocurrido ayer. También corren otras tantas historias de jugadores, anónimos y consagrados, que aseguran haber vivido días mágicos sobre ese mítico Green, prácticamente ubicado a orillas del mar y en donde ya no es tan raro pensar en los puntos en común que comparten el golf y el surf. ¿Son parecidos? Claro que no, pero tampoco tan distintos.

Una vez más Ford nos mostró el camino.

Instagram
También podría gustarte