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LA BARREDORA: Surf Moat

cintillo-camaronbrujo

El día que Tierra del Fuego se llenó de surfistas.

Por el Dr. Marsupial.

En mi último viaje a surfar el destino no fue de los más comunes, ya que decidí ir a visitar la provincia más austral de nuestro país. Allá donde empieza La América fui a dar con mi novia y mis tablas de surf entre otro equipaje.

No quiero contar todo lo que hice en el viaje ni voy a relatar todas las playas visitadas, pero si una curiosa anécdota.

Verano sureño.
Verano sureño.

Una mañana salimos con mi novia desde Ushuaia hacia la costa sur de Tierra del Fuego (TDF) por la ruta complementaria J o número 33. Por cierto, es un lugar muy bonito que atraviesa enmarañados bosques, montañas que se esconden tras grupos inmensos de nubes y niebla, ríos y más ríos que desembocan rápidamente en la costa. Son de esos paisajes que meten miedo de solo verlos. Creo que ni siquiera vale la pena mencionar que es muy tranquila en cuanto a circulación de coches.

Llevábamos media hora transitando por la J hasta que en una de esas nos pasa una camioneta con patente naranja con fundas en el techo, fue todo muy rápido pero juré haber visto unas fundas de tablas de surf. Mi novia sostenía que eran bolsos comunes y corrientes pero realmente eran fundas con tablas en su interior. Aceleré un poco, pero mi pequeño automóvil no pudo alcanzar esa 4×4 ni de casualidad. Más tarde se detuvieron y logré ponerme a la par e intercambiar algunas palabras… en conclusión eran 2 estadounidensecos de Nueva york y estaban dando algo así como la vuelta a América, me preguntaron si conocía algún surfshop o lugar para alquilar traje y botas porque no tenían equipo adecuado a lo cual respondí negativamente. Les dije que si andaban con ganas de surfar que iba a salir alguna ola pequeña para el longboard  y que les prestaría mi traje 5-4-3 y mis botas;  me siguieron los gringos hasta que llegamos a la desembocadura del Río Moat.

Caminos desiertos.
Caminos desiertos.

Moat es el nombre que recibe la estancia que está en dicho sector, el río y la punta. Un sitio muy húmedo y ventoso.  Es uno de los pocos lugares de nuestro país en que la montaña y el bosque se encuentran en contacto con el ambiente marino. La costa moldeada por antiguas glaciaciones presenta variadas puntas y unas playas de rocas redondas y pequeñas. Serpenteando dichas costas se escuchan las voces de un pueblo que ya no existe, al principio intimidan bastante, pero es bueno escucharlas.

Moat es el lugar de la costa argentina donde los vientos no amainan hacia el fin de tarde; donde el viento dobla los árboles; donde se ven cumbres nevadas; donde la bruma y la soledad son moneda corriente; donde si algo te llega a suceder nadie te reclamará; donde hay que mirar el suelo antes de pisar; donde en verano hay casi 18 horas de luz; donde durante la época más cálida se necesita de un 4/3 y un par de botas.

Ni la tecnología, ni el arte, inteligentemente aplicados por el hombre, alcanzan para reproducir la sensación de estar en Moat.

Punta Moat.
Punta Moat.

Volviendo al tema: un rato después llegamos a la desembocadura del Río Moat. Las olas estaban pequeñas, pero al menos pareja para el longboard, así que sin dar muchas vueltas me metí a surfar sin inquietar mucho a Lakῡma (nombre que le dan los locales a los espíritus marinos) … Ese día las olas realmente estaban chicas, de haber ido a la costa este de TDF las condiciones serían mucho más favorables pero me habría de perder esta anécdota . Cuando salí del mar les pregunte a mis colegas (en un inglés con poco esfuerzo) si se querían meter con el longboard a hacer unas colgadas pero los gringos prefirieron no mojarse, así que miraron un poco, tomaron fotos y se marcharon rumbo a Ushuaia y no volvimos a verlos más.

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