MINGO A LA SOMBRA DEL CIRUELO

Entrevista: Mingo Tambourindeguy

Por Sebastián Chacón

 

En los últimos años, la agenda cultural de Mar del Plata parece estar marcada por la centralidad de una revista que se anima a decir quién o quienes forman parte de nuestro ADN. Las mismas caras de siempre, propuestas que envejecen, y aunque se cambien la ropa, no logran hacerlo de la mejor manera.

La cultura vernácula del surfing es una clara muestra de todo esto, pasan los años y no se consolida algo verdaderamente creíble. Un movimiento que diga esto nos representa. Sin dudas es mucho más fácil parecer un hijo no reconocido de Jack Johnson que tomarse el tiempo de crear un universo propio.

Hoy Mar del Plata cumple años. Mingo también, aunque bastante menos que la ciudad que lo vio nacer. Sin dudas, la conexión cultural entre la música y la actualidad de RonDamon – la banda que lidera – está estrechamente ligada al pulso y los avatares de La Feliz.

Mingo por Pablo Franco.

 

Se puede decir que Rondamón es lo más representativo a la hora de emparentar sonidos con el surf. Veinte años en la ruta no se logran a punta de redes sociales. Obra, canciones, shows, cambios en la formación, hijos que nacen, intereses que cambian… La vida misma, y ellos siguen subiendo al escenario en busca de eso que los mantiene vivos.

RonDamon listo para atacar la vecindad.

Qué Bonita Vecindad es el disco que recién están empezando a asentar, al tiempo que suma las primeras horas de rodaje en distintos escenarios de Mar del Plata y más allá también. Un disco que les llevó mucho tiempo, pero que los pinta de cuerpo entero y donde se animan a correrse de los márgenes del reggae.

Mañana de verano en Alfar. Mingo llega a la entrevista escuchando Simon & Garfunkel y no duda en compartir sus por qué y pareceres de esa música que sigue disparando interrogantes en su colección de sonidos. Entre mates y a la sombra de un ciruelo, nos ponemos a conversar de varias cosas. Las que se pueden contar dan vida a esta entrevista, las otras, flotaron entre añosos pinos y eucaliptus en busca de discreción y reparo.

¿Cuáles son las primeras impresiones de Qué Bonita Vecindad?

El disco recién sale, hace muy poco salió – antes de Navidad-. A nosotros nos gusta mucho, creo que es el que más nos gusta hasta ahora. Suena muy bien, trabajó el Chapa, Diego Blanco de Los Pericos de productor. Tiene temas e invitados muy especiales, es un disco que celebra los 20 años de la banda, que es un montón.

Tiene invitados como Juanse, Guille Bonetto, Quique Neira, referentes muy grosos para nosotros. Es un disco al que le tenemos mucho amor, todavía no lo salimos a tocar, tenemo un par que fuimos tocando, temas que fueron saliendo como singles. Ayer ensayamos y ya tenemos ganas de tocarlos para ver cómo es la reacción en vivo.

Así como primera impresión fue muy bien recibido, incluso por colegas, los que participaron también, que son referentes y eso también te da una tranquilidad. A nosotros nos gusta más que nada, sale un poco del reggae sí, bastante diría yo en algunas canciones, pero también sentimos que somos más nosotros, en cierto modo. Musicalmente hablando. Más popero, algo que se le acerca más al soul y hay reggae también, pero no queremos hacer un disco de reggae porque haya que hacerlo. Vamos por ese lado

Un clásico de Waikiki.

Mingo, además de ser un cantante con mucha personalidad, es un rockero desde siempre. Al menos eso siempre sospeché y lo terminé de confirmar cuando lo invité a cantar a Pongan Otra Canción.

“Es imposible que no te guste el rock, salvo que vivas en una isla, en Jamaica y conozcas el Mento, el Calipso y todo lo que ande por ahí, del rock no tanto… Bueno, hacés eso. Pero si vos tenés en tu mente y tus gustos, así una cosa muy variada, entra solo… No lo podés frenar, bueno sí, pero no estarías siendo vos”.

¿Cuándo te viene una letra o una melodía a la cabeza, la pensás automáticamente en reggae?

No, y no hablo de África y de esas cosas. Hablás de otras cosas, las letras son re diferentes. Pensá en ConCrete Jungle y pensá en Sun is Shining. Uno es oscuro por lo gris del cemento y el otro, bueno… Sale el sol y está todo bien. Aunque acá pasa tiempo y hay días que no asoma demaSiado.

¿Por qué siguieron adelante con RonDamon?

Es una pregunta que muchos me la hacen y hasta yo me la hago. Pasa que no es una carga, no es que llevamos en la mochila, una cruz y vamos sufriendo para llegar al éxito. Éxito tenemos porque lo podemos seguir haciendo, este verano tenemos 10 shows… Y es divertido, hacemos lo que queremos, viajamos, conocemos gente. Nunca fue un peso, a veces sí cuando se van algunos integrantes. La vida misma.

La banda lleva tiempo y es un compromiso, y si vos querés hacer otras cosas… Ir a conocer el mundo, otros son padres, otros pegan otros laburos, otras inquietudes musicales, también. Nos somos fundamentalistas, no somos una secta tampoco. Pero vamos para un lado, si no estás comprometido, bueno.

Pasaron un montón de músicos, cada uno trajo algo a la banda. Tenemos muchos músicos que vienen de otros palos también. Eso enriquece, más blusero, más jazzero, le tira una ondita diferente.

Vamos a seguir hasta donde se pueda… Hasta comprar el castillo (risas).

Los años de La Mula Plateada

“La Mula Plateada era un lugar donde se entrelazaban artistas de diferentes estilos, rock, punk, de todo. Y donde vos podías ir a ver otras bandas y hablar con otros músicos, había una especie de movimiento. Entraban muy bien el reggae y el rock and roll. Era una puerta abierta, los dueños eran chabones que querían que la puerta esté abierta, y que se genere eso que se generó. Fueron 4 o 5 años donde llegamos a tener la llave para ensayar, y había una especie de movimiento de la música marplatense. Eso se perdió y va a ser muy difícil que haya otro lugar así. Ellos no están más, el lugar tampoco está más y el mundo un poco cambió también.

No te digo que extraño esa época, pero la vivimos bien, conocimos mucha gente. Venían Los Cafres, Dread Mar I, Fidel, Dancing Mood, Resistencia Suburbana, etc, etc. Y ahí hicimos muy buenas relaciones con un montón de artistas que después nos acompañaron de gira por otros lugares.

Sirvió como aprendizaje, le sirvió a la ciudad y ahí quedó. Faltaría esa unión que se daba naturalmente. Estuvo buenísimo”.

¿Cuál es el primer recuerdo que tenés de la música?

Teníamos una maestra en la primaria en la Escuela Nº10, ella tocaba el piano y las clases eran re copadas. Hace poco nos juntamos con todos los pibes de ese curso, y lo loco es que si éramos 30, al menos 20 hoy tocan un instrumento. Algo sembró la Profe, sin darse cuenta o queriendo. Ese es mi primer recuerdo, después me hacían tocar la flauta. Cosas básicas.

Otra puerta de acceso fue mi hermano mayor… Stones, rock nacional, Marley, obvio. Mi viejo escuchaba Creedence, los Beatles, también sonaba en casa Pavarotti.

A los 15 o 16 armé una banda de rock, Sampodria. Ahí tocaba la viola, cantaba y me encargaba de hacer canciones. Duró varios años… Mucha Vinoteca Perrier, años muy divertidos, mucho rock and roll. Recuerdo que una vez tocamos en el viejo Elvis, le abrimos el show al actual bajista de Ronda, que por esa época tenía una banda medio Hendrix. Grabamos el show en un cassette y al mes fui a hablar con el dueño del boliche porque iban a tocar los Ratones Paranoicos, y quería saber si había chances de abrir el show. –Vos quién te crees que sos pendejo pelotudo, tomátela de acá- fue su respuesta.

Obviamente no le dije que veinte años después grabamos con Juanse (risas). Siempre fue heavy la escena local, es muy difícil no abandonar. No lo dejás porque no podés…

Mingo junto al Líder.

¿Qué harías si no fueses músico?

Soy profe de Educación Física, soy Guardavidas, me gusta. Pero sin dudas habría algo que me faltaría groso, no te digo que voy a caer en un pozo depresivo, pero… Qué se yo, hay una conexión con la música. Un cable a tierra, como le quieras decir.

Tenés que viajar a Bariloche en auto… ¿Qué pondrías en la playlist?

Música rutera. Desde Creedence, Simon & Garfunkel, me gusta el folk y el country – no el puro -, el que más se parezca a Dylan. También los Stones, no sé si tanto reggae para la ruta. Bandas como The Milk Carton Kids, Blackberry Smoke, cosas que voy descubriendo pero que me remiten a un pasado rutero. Probablemente en la playlist haya más rock que reggae.

En el libro El Sonido de los Beatles, escrito por Geoff Emerick, quien fuera el ingeniero de sonido de los Fab Four, el tipo cuenta que Lennon odiaba su voz. Incluso llegó a pedir que lo cuelguen al momento de grabar algunas tomas para ver si su voz lograba sonar distinta… ¿Estás conforme con tu voz?

Yo escucho un audio que mando y digo… Esta voz de boludo tengo. Qué se yo, es fea pero te acostumbrás. Hay tipos que son increíbles cantantes, el caso de Guillermo Bonetto, Quique Neira, Dread Mar I, tipos que pueden cantar cualquier cosa y bien. Y después tipos que cantan y tienen onda. Juanse, el tipo no es Pavarotti, es un gran cantante pero no es el ideal que uno puede creer que cantar bien es ser parecido a Sting. Lo importante es ser auténtico, que tu voz no se parezca a otra.

Me gusta cuando el cantante es auténtico. Creo que no soy un gran cantante, pero canto como yo. Hoy canto y soy yo, esta es mi voz. Si te gusta buenísimo.

¿Qué disco te hubiese gustado grabar?

Tatto You de los Stones o Harder Than The Rest de Culture. Si supiera tocar, alguno de The Police. Son cosas difíciles, esos tipos marcaron un antes y un después. Igual, hoy la música ya no es lo mismo.

 ¿Qué es la música ahora?

No sé ahora, antes para mí era más revolucionaria. La música en un momento cambió el mundo, con Elvis, los Beatles, Marley… Era un medio para algo. Después pasó a ser por otro lado la revolución, no sé, Internet. Cosas que cambiaron el mundo. La música sí es sanadora pero a nivel más individual, antes por ahí era algo estilo revolución mundial. Ahora siento que solo es ritmo, la letra no tiene peso, está un poco dejada de lado. Se busca más la melodía, algo más que se te meta, pero la letra siento que está dejada de lado. La música hoy la siento un poco carente de letra.

Las canciones duran cada vez menos, discos no hay. Van al hueso, empiezan con el estribillo. No hay duda que la música cambió y la forma de consumirla también.

¿Cómo es la conexión entre tu nombre y Sandi Errecaborde?

En realidad mi viejo era de la época de Sandi, y decía que tenía un nombre con onda. Yo a Sandi no lo conozco, pero mis viejos me pusieron Domingo por él. En el club mis amigos me pusieron Mingo, es un nombre difícil.

Es más nací un domingo, 10 de febrero de 1980, el día de Mar del Plata. Más marplatense imposible. No conozco muchos Domingo de mi edad, conozco uno solo que tiene mi edad, además canta reggae y es marplatense.

La primaria fue difícil para llamarse Domingo. Tuve un apodo, durante un tiempo me decían Congo. Pero no por los rastas, aunque cuando estoy entre gente del reggae siempre cuento que a mí me llamaban Congo. Después cuento por qué y se cae el mito. Cuando era chico mi mamá me peinaba con gomina para el costado, y entonces en el colegio me decían Congo por con gomina.

El nombre fue un problema, en un asalto estabas bailando con una chica y te preguntaba cómo te llamabas… Domingo ¿Cómo? Domingo ¿Cómo? Diego.

Ahora mi nombre me gusta.

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