ENTREVISTA SURFPRESS: GONZA DUARTE… ARTE, SKATE Y PUNK ROCK

Fotos: Archivo personal GD y Pablo Franco

Txt: Sebastián Chacón

Emocionar e incomodar, dos de las funciones irrenunciables del arte, esas que marcan la frontera entre un sinfín de horas culo-silla de la inmediatez que fagocitan los promotores de la novedad.

Una tarde de calor en la vereda del marplatense Lightning Bolt, Gonzalo Duarte sumaba horas de arte sobre la colección exclusiva de skates, que no hacen más que revitalizar una historia que siempre vale la pena tener a mano, especialmente para aquellos que creemos en los sanadores poderes del deslizamiento. Entre líneas, trazos y colores que iban conformando una bailarina hawaiana, fuimos charlando sobre distintas cosas de esa colección, los días pandémicos y las bondades de Mar del Plata.

Diseñador gráfico, ilustrador, tatuador, skater y punk rocker, son algunas de las credenciales que viajan dentro de su valija con pinceles, colores y lápices. Al calor de la cultura del skate y los sonidos de la vieja escuela, su carrera fue tomando forma, al tiempo que su teléfono empezó a sonar con mayor frecuencia con pedidos de todo tipo.

De eso y mucho más charlamos mientras octubre da sus primeros pasos.

¿En qué momento el dibujo te dijo cuento con vos, no te hagas el distraído?

Dibujar, dibujaba desde muy chico. En la escuela primaria ya muchas veces dudaban si los dibujos los hacia yo o me los hacia mi viejo. El hacia las láminas que se usaban para decorar el colegio en las fechas patrias por ejemplo, entonces sabían que dibujaba y pintaba zarpado. Fue mi primer referente.

Creo que el momento en que el dibujo me dijo cuento con vos, justamente lo relaciono con mi papá. Yo tendría unos 9 o 10 años y se sorprendió por  un dibujo que hice sombreado con lápiz negro.

¿Qué recuerdos tenés de la primera vez que te encargaron un trabajo y pudiste hacer los primeros billetes con tu arte?

Eso fue a los 15 años. No solo fue el primer trabajo por el que cobré, sino que además era para una marca de skate de Quilmes. NEWS Skateboards se llamaba y en ese momento en el team tenía a gente como Chuis Maneiro, Pico Picardi, Juano Wallace (que era muy chico pero ya la mataba).

 Los primeros trabajos que les hice fueron diseños de tablas, pero por esos no cobré en billetes. Los cambiaba por productos.

El primero que si hice por plata fue pintarles las remeras que usaban los chicos para correr en los campeonatos.

 ¿Cómo influyó el skate en tu obra?

 El skate fue mi verdadera escuela de dibujo, porque nunca fui a aprender, pero me la pasaba copiando los dibujos de las tablas que veía en las revistas Thrasher y Skateboarding. Así perfeccioné mucho mi manera de dibujar. Copiando y observando los detalles de las tablas de la vieja escuela de finales de los 80s.

Me hacía posters para mi habitación o muchas veces los pintaba en remeras para mí o para mis amigos.

¿Cuánto tiempo tuvo que pasar para sentirte dibujante?

La verdad que sentirme dibujante… Te diría que eso me pasó ya muy de grande porque yo estudié diseño gráfico y trabajé exclusivamente diseñando gráfica de packaging en un estudio durante 15 años para montones de marcas y supermercados.

 Cuando dejé de trabajar en el estudio y los dibujos empezaron a tener una demanda mayor que los diseños de envases, creo que fue el momento en que pasé a sentirme más dibujante que diseñador. De todas formas creo que los buenos dibujos tienen mucho de diseño, o al menos en mi caso lo siento así y así es como yo lo planeo antes de ponerme a dibujar.

¿Cómo definirías tu estilo?

En esto hace años que contesto lo mismo… Es como si agarraras un poco de las tablas de skate de los 80 y 90, lo mezclas con algo de tattoo y las gráficas de las bandas clásicas del punk rock, lo metes en una licuadora y el resultado de esa mezcla creo que es mi estilo.

¿Cuáles son las imágenes que automáticamente te transportan a tu adolescencia?

Los flyers viejos de los recitales, los cassettes grabados y con las tapas fotocopiadas, las imágenes de skaters como Natas, la Bones Brigade, Jason Jessee. Los RAMONES en Obras. Hoy vemos todo eso en Instagram todo el tiempo y todas esas cosas me llevan directo a la adolescencia.

 Te digo más… la última vez que vino CJ Ramone a Argentina, tuve la suerte de que él me invitara al show y de verlo después en los camarines. Mientras hablábamos, se me pasaban por la cabeza todas esas noches que los veía tocar cuando era adolescente. Los Ramones son mi banda favorita de toda la vida. Una banda que descubrí gracias al skate a los 12 años… La banda de sonido de mi adolescencia son los Ramones más que nada.

¿Sentís nostalgia por el mundo analógico?

No sé si es nostalgia, pero por algo conservo tantas cosas de esas épocas.

Lo nuevo me gusta también pero prefiero lo analógico.

Me gusta mucho mas poner un disco que escuchar un tema en Spotify o en Youtube.

Me gusta más dibujar a mano que en la compu.

Me gusta más una foto impresa que un archivo en el teléfono.

No te leo un libro digital, pero si leo mucho libro impreso o revistas.

Evidentemente algo de nostalgia hay (risas).

¿Qué música suena habitualmente mientras estás en tu estudio?

Casi siempre es Punk Rock. Ramones, The Clash y Social Distortion es siempre lo que más escucho.

últimamente estoy escuchando mucho el último de Bad Religion, uno de Bouncing Souls en el que grabaron muchos de sus clásicos pero en versiones más tranquilas y otro que suena bastante es el disco de Johnny Two Bags que es el guitarrista de Social Distortion.

Eso es lo que más pongo últimamente, pero son muchísimas las bandas que me gustan y suelo escuchar.

¿La película que te hubiese gustado dirigir?

Quadrophenia sin dudas.

Contáme un poco de tu laburo con Bolt… ¿Cuántas tablas llevás hechas y cómo definirías esa colección?

Mi laburo con Bolt arrancó primero con una cápsula que hicieron con mi nombre, con una línea de remeras y buzos que llevan mi firma en las mangas. Un honor y un sueño cumplido te diría. Lightning Bolt es una de esas marcas icónicas, de las cuales de chico podía llegar a conseguir alguna que otra remera, una billetera. Cosa que me encantaban y que eran parte de un público medio de nicho en esos años.

 Después de la cápsula seguí diseñando varias de las prendas que salen en las distintas colecciones y todo esto decantó en el tema de las tablas.

Me ofrecieron manejar la división de skate de la marca y no podía decir que no. Es Bolt y es skate. Imposible negarse.

 Lo que venimos haciendo está inspirado 100% en las tablas de la década del 70. Los principios de los Z Boys y toda esa estética.

Por ahora son 81 las tablas que salieron. Lijadas y pintadas a mano. Un trabajo súper artesanal y muy gratificante.

¿Cuántas horas por día dedicas al dibujo?

Todas las que puedo. Más de 8 seguro.

¿Qué cosas te siguen atrayendo del skate?

Creo que el amor por el skate a algunos les dura unos pocos años y a otros nos atrapa para siempre.

El solo hecho de deslizarte con la tabla ya es alucinante. Las gráficas me siguen gustando como el primer día.

Diseñar tablas de skate es lo que más disfruto.

¿Cuáles son los artistas que te siguen conmoviendo y por qué?

VCJ, Jim Phillips y Pushead son esos artistas con los que aprendí a dibujar y que me siguen volviendo loco. Clásicos y lo clásico es lo que más me gusta.

Jeremy Fish es otro que me gusta mucho.

Jaia que es un chico de Rosario la viene matando hace años. Hoy labura con marcas de primer nivel y de reconocimiento a nivel mundial.

Después hay muchos artistas del mundo del tattoo que me encantan y que son una gran influencia. Muchos de afuera y muchos de acá. Por ejemplo el Colo Barada me parece un artista increíble. Pablo dibuja muy bien, tatúa increíble, anda bien en skate, hace unos muebles zarpados… Es capo en todo.

Y ahora yendo puntualmente a lo que una obra me puede conmover… desde siempre el artista que más me conmueve es Quinquela Martin. Un tipo que dibujaba las figuras humanas prácticamente en sombras. Trazos pesados y sencillos y así y todo expresaba muchísimo con lo que pintaba. Mi pintor favorito.

¿Qué cosas le estarían sobrando al mundo?

Basura sin dudas. Políticos. Ostentación, codicia, egoísmo…

Sobran montones de cosas.

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