ADN LATINO: LA COLUMNA DE CARLOS BRENES

naranjo_spREVELANDO UN “SECRET POINT” EN COSTA RICA

 

TXT: Carlos Brenes

Fotos: Agustín Muñoz


Haciendo lo que no se debe hacer. Revelando un punto ya no tan secreto en Costa Rica, el cual, desde el punto de vista de cualquier surfista  o empresario de este deporte en el país, preferiría mantenerlo en el más profundo anonimato con el fin de no hacer más grande un problema que no sólo es conocido o evidente en las playas de tiquicia, sino que más recientemente, se frecuenta a la luz pública en los principales medios especializados del mundo como Surfing Magazine y Surfline.

 

 

 

 

 

 


La inseguridad en nuestras playas, ese es el “secret point” del cual muchos optaríamos por no repetirlo para no propagar, no demandarlo en los medios de comunicación y hacernos de la vista gorda ante un problema que se nos viene encima como una bola de nieve, porque este país y más en específico en nuestra industria, come del turismo surfista. Es la entrada de dinero número uno.


En lo personal, este tema cayó sobre mi conciencia como una crónica de hechos desde el año 2007 cuando organizamos la famosa “Sopa de Latinos” para la revista Surfos. Reunimos a varios de los principales exponentes del surf latino en un viaje de dos semanas por los mejores puntos de Costa Rica para una histórica sesión de fotos. Como consecuencia del descuido, la computadora personal del argentino Maxi Siri desapareció en una mano negra del mismo personal del hotel donde nos hospedamos… “¡Cuiden sus cosas, estamos en Costa Rica!”, exclamaban varios de los corredores.


Siempre acostumbrados los ticos a cuidar sus pertenencias, cabe destacar, en cada rincón del país donde se sitúen como reflejo ya no de una costumbre, sino una cultura, una venda sobre los ojos nos ha obstaculizado a ver que esta realidad no tiene esa magnitud incluso, en muchos de los países hermanos de América Latina, queriendo ejemplificar naciones del tercer mundo donde la delincuencia fue, es y será tema de la actualidad. Pero en Costa Rica crece a paso acelerado.


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Luis Vindas, uno de los más puros talentos de tiquicia.


Recientemente un estudio del instituto de estadísticas con más credibilidad en el país, confirmó que 1 de 3 costarricenses ha sufrido de asalto a mano armada en al menos una ocasión; sin embargo, no es esa la nota del día, porque costaría más sanar la deuda externa del país que la inseguridad.


La bola de nieve rueda ahora sobre pendientes. La última edición de Surfing Magazine –setiembre para ser exactos- publica en su sección, “Historias Verdaderas”, cómo una banda de norteamericanos esquivaban, léase bien, esquivaban las balas en Playa Hermosa de Jacó durante su visita a uno de los mejores lugares para la práctica del surf en tiquicia. Sí es importante escudarse aquí, de este medio de comunicación que no sintió respeto, ni midió las consecuencias de lo publicado por un grupo de surfistas desconocidos que escribieron lo que quisieron para rescatar algo de un viaje donde corrieron olas de 2 pies. Como costarricense que soy y cuan imparcial posible me manifieste, para esquivar balas se debe estar metido con personas y lugares donde abunda el tráfico de drogas.    


Y para poner la cereza en la copa de helados,  Surfline publica la perfección de olas en el país vecino nicaragüense, porque sí, la tiene, y merece ser publicitada, pero haciendo comparación en una de sus páginas del reportaje, cómo Nicaragua respira seguridad al lado de una Costa Rica que ofrece, como un trato “pura vida”, golpizas y asaltos en las zonas más expuestas del buen surf.


No toca aceptar, pero sí preocuparse cómo la imagen de un país desmilitarizado hace más de 60 años, tercero más feliz del mundo, con las playas más bellas del planeta, y buenas olas todo el año, empieza a sentir las consecuencias, por lo menos en las costas, del vandalismo que se aprovecha de los “descuidos” del turista que viene a llevarse una buena imagen del país. Lamentablemente, la inseguridad hizo víctimas a dos redactores aficionados que no dudaron en mandar sus quejas a estos medios de comunicación que los siguen millones de surfistas de todo el mundo.


Mientas la nueva Presidente del país, Laura Chinchilla, priorizó el tema de la inseguridad nacional como de carácter urgente, hay una imagen que está dañada y se encuentra apenas recibiendo los primeros castigos de parte de una gran cantidad de influyentes de la opinión, a nivel mundial, de surfistas que pueden o no, decidir si Costa Rica es su siguiente destino para correr olas.


Costa Rica la visitan 200.000 surfistas al año, se hospedan en promedio 17 días y gastan diariamente 120 dólares por persona, lo que significa que las escuelas de surf, restaurantes, surf shops, hoteles, renta de tablas, entre otros,  dejarían de percibir de los $400.000 millones que se reparte la industria del comercio surfista en el país. Es un mercado que hoy se mueve solo, pero que depende de este recurso indispensable.


Como amantes de la playa que somos, llegó la hora de poner el grano de arena. El tema es complejo, de parte de la solución política se espera más de lo que una comunidad organizada pueda ejecutar; no obstante, el peor mandado es el que no se hace y está en manos de los  costarricenses y extranjeros radicados en la zona el que la industria del país de este deporte, continué procurando los dividendos que dan de comer.  

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